Goza
pepillo,
del sello discográfico Bis Music, es el fonograma de
Roberto Carcassés e Interactivo que acaba de llevarse
junto a Cancionero cubano (EGREM ), del mítico
Chucho Valdés, el Gran Premio del Cubadisco 2006.
Goza pepillo cargó además con los premios de
Ópera
Prima y el de Fusión, de ahí que con razón gozaron sus fans —que no son pocos— y los integrantes de la
agrupación, cuando en el capitalino teatro Karl Marx se
dieran a conocer los más altos reconocimientos de la
discografía cubana.
Porque este es el premio a una apuesta otra dentro de la
fértil música cubana, es el reconocimiento al trabajo de
un grupo de talentosos jóvenes, deseosos de tocar y
cantar a lo que les da la “bomba” —tipo de corazón que
late diferente— y sus posibilidades creativas, jóvenes
que no se han limitado a probar con sonoridades
reconocidas y ya reiterativas, sino que se han puesto a
experimentar, se han mostrado ajenos a los tentadores
efluvios del mercado.
Interactivo goza desde siempre, así que las distinciones
solo han venido a reafirmar la calidad de este colectivo
que se juega la vida cada vez que sale a las tablas, lo
mismo en las madrugadas locas de las Romerías de Mayo,
en Holguín, que en ese Karl Marx, junto a los españoles
Ojos de Brujo, parientes en eso de andar en la misma
cuerda musical que estos cubanos.
Solo hay que
compartir con ellos tras las “patas” de cualquier
escenario, en una gira o ensayo, para darse cuenta que
detrás de toda esa locura, de esas “tormentas de ideas”
musicales, supuestamente descabelladas, hay toneladas de
horas de estudio y preparación, conceptos bien claros de
lo que pretenden hacer a través de esa urdimbre de
géneros diversos, a la vez que cercanos; lo evidente de
una estrategia que contempla el retozo serio —a la
manera del conocido ajiaco de Don Fernando Ortiz, ahora
con nuevos ingredientes— con lo mejor de la música
criolla y su fusión con el rock, el jazz, el rap, el
flamenco y los ritmos africanos... Músicas cercanas a
pesar de distancias y barreras, músicas también nuestras
en estos tiempos de mundialización y tantas influencias.
Así que Interactivo
es laboratorio, taller, es postgrado... es paréntesis
para compartir y conocer lo que están haciendo otros
músicos, es el espacio al que siempre se quiere volver,
porque no impone reglas que vayan más allá de los deseos
de crear juntos buena música.
Desde el principio, Robertico Carcassés —hijo de Bobby
Carcassés, grande entre los jazzistas cubanos—, fundador
y al frente del proyecto, sabía muy bien lo que
pretendía con Interactivo. Ya el primer CD, Wanted,
advertía en uno de sus textos fundacionales: “...como su
nombre pretende expresar, es un espacio de creación lo
más abierto y ecuménico posible, que recibe y aporta
influencias de todas las músicas de vanguardia
cualitativa y que puede de hecho, convertirse en
escenario por el que transiten los músicos cubanos, o de
otras latitudes, con un discurso musical en común con
sus integrantes. Interactivo es, sobre todas las cosas,
buena música, hecha por jóvenes y talentosos músicos”.
Según el líder de la banda, “es la disposición de
compartir música o, simplemente, de anular el ego o
usarlo como una herramienta que te ayude a compartir. Yo
tengo 30 músicos en el escenario y todos están en
función de la música. Ese es el principio de
Interactivo”. Y hay más: “nosotros estamos haciendo
música, pero al mismo tiempo involucramos, como en este
último concierto, a cineastas y a la televisión. Ellos
no sabían cómo ponerse de acuerdo. Y yo les decía que
esto se llama Interactivo porque hay que aprender a
ponerse de acuerdo”, explicaba hace un tiempo el joven y
excelente pianista.
Bajo esas premisas, que parecieran de difícil acomodo
cuando se trata de unir, organizar en encuentros más o
menos ocasionales a jóvenes (condición que ya de por sí
implica rebeldía) y talentosos músicos (lo cual
significa más irreverencia), creció en madurez y tamaño
Interactivo. De tal forma que el respetable escenario de
Miramar, entre los más grandes del país, puede verse
colmado de músicos convocados o motivados a compartir su
obra con Interactivo.
Más habituales en sus presentaciones han sido Francis
del Río y la rapera Telmaris Díaz, el guitarrista Elmer
Ferrer, el saxofonista Roberto Martínez, Adel en las
congas y Wilson, el duende que se encarga de que todo
fluya... a los que se han unido con frecuencia en los
últimos tiempos Yusa, William Vivanco y Kelvis Ochoa,
cantautores de sólidas carreras que han sido
“enganchados” por el juego Interactivo.
Y claro que no es fácil dirigir —torear— tanta gente
buena: “Mucha de la gente que se sube a tocar se une a
última hora y no les puedo decir que no. Antes Berliotz
hacía orquestas de cien músicos, pero aquí vivimos en el
corre-corre. Por suerte contamos con una maquinaria
humana casi perfecta”, fue uno de los comentarios del
armador del novel equipo a Juventud Rebelde.
Por sus descargas y
grabaciones han desfilado también el brasileño Lenine,
los integrantes de Ojos de Brujo, Santiago Feliú, Gema
Corredera, Pavel Urquiza, Descemer Bueno, Haydée Milánes,
Kumar, Jorge Luis Chicoy, Julio Padrón, Rodney Barreto,
Ruy López-Nussa, Juan Carlos Marín... todos músicos e
intérpretes de primera, con sus propias obras
independientes.
Así goza y crece esa fábrica de excelentes y auténticos
sonidos cubanos, ese espacio de apertura para la
innovación, ese lugar donde se respira tan buen ambiente
humano. Porque Interactivo es también una manera de
vivir, de disfrutar entre amigos, de hacer la noche
cubana. Y como dijera Robertico, “es música divertida,
pero no deja de ser la música que nos enseñaron”.
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